En 1928 el presidente Plutarco Elías Calles propuso la creación del Partido Nacional Revolucionario (PNR), mismo que se fundó en marzo del año siguiente. El 22 de noviembre un pequeño grupo de políticos afines a Plutarco Elías Calles se reunieron en la casa de Luis L. León, en Londres 156 de la Ciudad de México, para iniciar los trabajos de organización del PNR. Algunos políticos del grupo fueron: Gonzalo N. Santos, Emilio Portes Gil, José Manuel Puig Casauranc, Manuel Pérez Treviño, Manlio Fabio Altamirano, David Orozco y Aarón Sáenz.
Fungiendo como primer presidente del comité directivo Plutarco Elias Calles, Luis L. León como secretario general y el general Manuel Pérez Treviño como tesorero.
El 5 de enero de 1929 se convocó a una convención, que se llevaría a cabo el 4 de marzo de ese mismo año en la ciudad de Querétaro, para formalizar los estatutos de la nueva organización y presentar al candidato presidencial del Partido Nacional Revolucionario.
El Partido Nacional Revolucionario (PNR) surgió en 1929 como un partido de corrientes, de fuerzas políticas distintas pero afines, provenientes del movimiento de 1910. El PNR sería, en consecuencia, la institución más poderosa para la competencia política, y el lugar adecuado para diseñar los primeros acuerdos y prácticas en la lucha por el poder público. Así pudo auspiciar relevos de gobierno por medio de elecciones y en condiciones de estabilidad social.
Concebido como un partido de masas y con la intención autodeclarada de tutelar en los derechos de los trabajadores, promovió un creciente ascenso en la participación política por medio de movilizaciones populares reclamaba una mayor participación en los asuntos del Estado y la más equitativa distribución de la riqueza, de inicio un carácter netamente socialista al partido en contra de los elementos de centro derecha y extrema derecha que estaban proliferando en el país a raíz de los movimientos fascistas en Europa, en 1936 se creó como aglutinante del movimiento obrero la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y, dos años después, para el ala ejidal, la Confederación Nacional Campesina (CNC). Más adelante, en 1943, se constituiría la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) que incluiría a los demás grupos que no era posible encuadrar en los otros organismos, como era el caso de los burócratas de los gobiernos, los cuales desde un inicio participaron con un descuento de 10 centavos a su sueldo, con lo que el partido configuraría una estructura general representante de los sectores obrero, campesino y popular, además de un grupo que integraría el ala militar del partido, la que sería parte del mismo hasta el año de 1946.
Partido de la Revolución Mexicana (1938-1946)
Nueve años después, en 1938, luego de la ruptura entre el general Plutarco Elias Calles y el entonces presidente Lázaro Cárdenas, en la cual participaron varios miembros distinguidos del partido, como el ex presidente Emilio Portes Gil, se realizó un cambio en las directivas del partido a nivel nacional, y en sus filas se incluyó a varias centrales obreras del país que hasta entonces estaban oficialmente fuera del partido y se cambió el nombre de la institución por el de Partido de la Revolución Mexicana (PRM).
Surge el sistema de partidos en México, ya que la presencia absoluta que mantenía en el escenario político nacional se ve cortada a partir de 1939, con la entrada de partidos políticos, que en su mayoría se formaban temporalmente bajo el auspicio y con la finalidad de lanzar la candidatura de alguna persona a la presidencia de la República, como fue el caso de la Unión Nacional Sinarquista, aunque también surgieron partidos cuya presencia ha durado muchos años, como el caso del Partido Acción Nacional, la mayoría de estos clasificados por el mismo PRI como partidos con ideologías y principios opuestos a los postulados de la Revolución.
Conforme iba quedando atrás la época de guerras constantes, y con la construcción de una amplia red de carreteras, se facilitó el abaratamiento de los alimentos y el suministro de productos diversos; la organización sindical, el reconocimiento de los derechos obreros, el estatus jurídico para los empleados y la institución de pensiones civiles de retiro, dio una seguridad laboral que hasta entonces no se conocía. Por otro lado, el auge de la educación permitió aumentar la base de posibilidades de la que podía contar la población.
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